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Solidaridad y Compromiso: Sector pesquero frente al Covid19

Esta columna fue publicada en FishFirst en Octubre 2020.

Fue escrita por Cayetana Aljovín, Presidenta del Directorio de la Sociedad Nacional de Pesquería

 

Cayetana AljovinDesde la llegada del COVID-19 hace seis meses, el Perú viene enfrentando la etapa más difícil de su historia reciente. Por un lado, se evidenció el deterioro que venía atravesando el sistema de salud, el cual está haciendo los esfuerzos necesarios para atender a los miles de peruanos y peruanas afectados por este virus; y por otro, nuestra economía se encuentra impactada y en riesgo de retroceder lo avanzado en los últimos 10 años.

En este difícil escenario, haber cumplido con éxito la primera temporada de pesca en la zona centro norte del país, es un logro sumamente importante ya que es fruto del esfuerzo y compromiso de los trabajadores y empresarios de la industria pesquera peruana.

Los desafíos para alcanzar este objetivo no fueron pocos ni fáciles. Así, fuimos los pioneros en diseñar e implementar estrictos protocolos de bioseguridad, que demandaron una inversión superior a los 41.3 millones de soles, y que se convirtieron en referentes para otros sectores económicos. Asimismo, con la finalidad de verificar el adecuado cumplimiento de nuestros protocolos de seguridad en la operación, tomamos el acuerdo de contratar voluntariamente a la certificadora internacional SGS Perú, para que audite a todas las empresas productoras de ingredientes marinos, miembros de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP).

Sumado al cumplimiento de la cuota asignada de 2.4 millones de toneladas métricas, los trabajadores recibieron más de 430 millones de soles en remuneraciones y se tiene previsto la generación de exportaciones de harina y aceite de pescado por 1,000 millones de dólares, un aporte fundamental para la reactivación de la economía peruana.

Pero el aporte del sector pesquero no queda allí. En los últimos seis meses, la industria pesquera también asumió el compromiso de atender a sus colaboradores, a las comunidades de sus zonas de influencia; y, además contribuir con la sociedad peruana con una red de soporte y ayuda social que bordea los 20 millones de soles a nivel nacional, beneficiando a más de 450,000 personas.

Este importante apoyo se ha concretado a través del gremio pesquero, y sus brazos descentralizados (APROS), y en otros casos, como iniciativa de cada empresa. Una de las donaciones más recientes ha sido una planta de oxígeno medicinal para la ciudad de Chimbote – uno de los principales puertos pesqueros del Perú- la cual demandará una inversión de casi medio millón de soles, y que está siendo posible gracias al aporte de las empresas Pesquera Centinela, CFG Investment-Copeinca, Pesquera Exalmar y TASA.

Como podemos apreciar, la pesca industrial de anchoveta ha sido uno los sectores que lideró la reactivación económica del Perú tras el impacto del COVID-19. No obstante, este aporte no es coyuntural sino permanente.

Así, de acuerdo a un reciente informe de la firma Apoyo Consultoría se señala que, en un buen año, el PBI pesquero puede llegar a representar el 1.8% del PBI nacional. De este importante aporte, la pesca industrial de anchoveta representa las dos terceras partes, siendo que, por cada medio millón de toneladas capturadas, se suman 504 millones de soles, es decir, 0.1% del PBI. De ahí la necesidad de mantener una política donde las cuotas de pesca se fijen de manera técnica, a fin de preservar el recurso y seguir aportando a la economía. Sin embargo, lo más importante es que este aporte de la pesca al PBI no es estático, sino dinamizador de la economía.

Por otro lado, es importante recordar que la pesca industrial genera más de 113 mil puestos de trabajo ubicados a lo largo de la costa peruana, donde también hay un incremento en los ingresos y gastos reales de los pobladores. Además, según un estudio del Instituto Peruano de Economía, por cada empleo directo en la pesca se generan tres indirectos. Hoy que vemos la pérdida de miles de empleos, este dato resulta fundamental.

Otro impacto muy positivo del sector son las divisas que genera. Así, en un buen año, la pesca contribuye con US$ 3,300 millones en divisas, representando el 7% de las exportaciones totales del Perú; ocupando la exportación de harina y aceite de pescado el tercer lugar de las exportaciones tradicionales de nuestra economía.

Por otro lado, el fisco también se beneficia de la contribución del sector pesquero a través de los tributos que paga. Así, solo en el 2019 se alcanzó los S/ 1,246 millones, monto que superó en S/ 415 millones al presupuesto del Minsterio (PRODUCE) en el mismo periodo.

En suma, la pesca ha sido y es un motor de la economía peruana, y en esta lucha contra la pandemia, su solidaridad y compromiso ha quedado más que demostrado.

 

Sobre Cayetana Ajovín

Abogada de la Universidad Católica del Perú y MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile. Cuenta con una amplia experiencia en el sector privado y la administración pública, habiendo ocupado los cargos de Ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Ministra de Energía y Minas y Canciller de la República. Ha ejercido como abogada especialista en temas regulatorios en el estudio jurídico Miranda & Amado donde llegó a ser socia. En la actualidad es Presidenta del Directorio de la Sociedad Nacional de Pesquería; Presidenta del directorio de Azerta Comunicación Estratégica Perú S.A.C.; miembro del Directorio de Interbank, IFS, TecnoFast, CEPAL, y Vicepresidenta del Tribunal Arbitral de Amcham.

Desde la llegada del COVID-19 hace seis meses, el Perú viene enfrentando la etapa más difícil de su historia reciente. Por un lado, se evidenció el deterioro que venía atravesando el sistema de salud, el cual está haciendo los esfuerzos necesarios para atender a los miles de peruanos y peruanas afectados por este virus; y por otro, nuestra economía se encuentra impactada y en riesgo de retroceder lo avanzado en los últimos 10 años.