Author: Helen Ann Hamilton, Ph.D. (BioMar Global Sustainability Specialist)
Marzo de 2020
En la industria de la acuicultura se sabe con certeza que los ácidos grasos omega-3, EPA y DHA, son insumos esencialespara el cultivo de peces y una gran parte de lo que hace que consumir pescado sea tan saludable. Sin embargo, la importancia del EPA/DHA para los humanos va más allá de la salud humana en general. El EPA y el DHA facilitan el desarrollo cognitivo y neurológico durante la infancia y también pueden frenar la progresión de las enfermedades degenerativas más adelante en la vida. Esto hace que sea fundamental que tengamos suficiente EPA y DHA, ya que las brechas de nutrición humana pueden tener consecuencias negativas generalizadas para la salud.
Los humanos obtienen el EPA y el DHA principalmente a través del consumo de pescado. Sin embargo, los peces son ineficientes para producir EPA/DHA y, en cambio, los obtienen a través de sus dietas. En el caso del pescado de cultivo, el suministro de EPA/DHA proviene en gran medida de la harina y el aceite de pescado. Sin embargo, debido al rápido crecimiento de la industria en combinación con las poblaciones de peces silvestres completamente explotadas, el EPA/DHA se ha vuelto escaso. Este es un obstáculo muy conocido para el crecimiento de la industria acuícola, y también afecta a la cantidad de EPA/DHA disponible para la población mundial.
Para hacer frente a los desafíos de suministro mencionados anteriormente, Daniel Müller y yo de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología ( , trabajo para BioMar desde enero de 2020), Richard Newton de la Universidad de Stirling y Neil Auchterlonie de IFFO emprendimos un estudio para esquematizar del ciclo global de EPA y DHA utilizando un método llamado análisis de flujo de materiales con el propósito de entender si existían formas de mejorar la eficiencia para la que usamos estos preciados recursos y buscar "focos" para aumentar el suministro. Los resultados de este estudio se publicaron en Nature Food.

Figura 1. Suministro nutricional humano de EPA y DHA medido en millones de toneladas, calculado por análisis de flujo de materiales. Demanda nutricional humana basada en el promedio de la ingesta diaria sugerida de 500 mg de EPA+DHA/persona/día, según la definición de la Organización Mundial de EPA y DHA Omega-3 (fuente de datos: Hamilton et al., 2020)
Uno de los resultados más sorprendentes del estudio fue el actual suministro nutricional humano, que se estimó en solo el 30% de la demanda (figura 1). Este hallazgo sugiere que, hoy en día, ya nos enfrentamos a una dramática escasez de omega-3 que, sin medidas sustanciales, empeorará drásticamente con el esperado crecimiento de la población mundial. Un enfoque multifacético, que incluya una combinación de reducción y reciclado de desechos, cambio de dieta y búsqueda de fuentes nuevas y novedosas, es la forma más eficaz de resolver este problema.
Los desechos que contienen grandes cantidades de EPA y DHA se producen a lo largo de toda la cadena de suministro de alimentos de origen marino, sin embargo, constituyen un problema especialmente a nivel nacional. Descubrimos que, a nivel mundial, desperdiciamos aproximadamente un tercio de todos los EPA/DHA que tenemos disponibles para comer como pescado silvestre y de cultivo. Aunque una gran proporción de esto no es comestible, evitar el desperdicio de alimentos comestibles podría aumentar el suministro de omega-3 a los humanos en más de un 25%. Los residuos alimenticios no comestibles, como órganos y recortes, también representan una cantidad sustancial de EPA/DHA. Sin embargo, esta fuente es mucho más difícil de recolectar y reciclar, particularmente en China, donde el pescado se compra a menudo entero y se filetea en casa. Se necesitaría un procesamiento central del pescado para hacer un uso efectivo de los recortes y sub-productos.
El aumento de la pesca de krill representa un gran potencial para aumentar el suministro de EPA y DHA. El krill es la biomasa más grande del mundo y hoy en día solo se cosecha al 5% de la pesca sostenible permitida, según la definición de la Comisión para la Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos. Sin embargo, los desafíos relacionados con los costos y la geografía limitan la capacidad de expansión en esta área.
Nuevas fuentes como las microalgas y las microbacterias modificadas y las plantas terrestres son opciones interesantes para aumentar el suministro de omega-3. Las microalgas ya son utilizadas por varias empresas de piensos para peces y representan una fuente limpia de EPA/DHA con bajo contenido de PCB, dioxinas y otras toxinas ambientales. Sin embargo, cabe señalar que el volumen actual de estas fuentes es demasiado bajo para sustituir totalmente la harina y el aceite de pescado. La brecha nutricional es tan grande que necesitamos tanto i) utilizar la harina y el aceite de pescado que tenemos con el mayor grado de eficiencia y ii) desarrollar y buscar continuamente nuevas fuentes para añadir al suministro.
La brecha nutricional es tan grande que necesitamos usar la harina y el aceite de pescado que tenemos con el mayor grado de eficiencia y desarrollar y buscar continuamente nuevas fuentes para añadir al suministro.
Full article citation: Hamilton et al., 2020. Systems approach to quantify the global omega-3 fatty acid cycle. Nature Food, 1, 59-62.