Recientemente me uní al pódcast Salmon Farming In and Out de Aquaculture North America como ponente invitado para hablar de la evolución de las aplicaciones de los ingredientes marinos, especialmente la harina y el aceite de pescado.
En la actualidad, la acuicultura utiliza alrededor del 65% al 70% de la producción mundial de aceite de pescado y, dentro de esto, solo el cultivo de salmón representa aproximadamente el 55%. Estos aceites aportan los cruciales ácidos grasos omega-3 de cadena larga, EPA y DHA, así como una amplia gama de nutrientes, siendo los más conocidos los minerales y las vitaminas y los menos conocidos el ácido cetoleico, los fosfolípidos y los osmolitos marinos. No solo favorecen la salud y el bienestar de los peces, sino que también aportan los beneficios nutricionales que los consumidores esperan del salmón.
Las materias primas de la harina y el aceite de pescado proceden principalmente de pequeñas especies pelágicas como la anchoveta peruana, el menhaden de EE. UU. y, en el norte de Europa, de subproductos del arenque, la caballa y la bacaladilla, a menudo ya procesados para el consumo humano. Muchas de estas pesquerías son muy estacionales y de alto rendimiento. Si no se procesaran para obtener harina y aceite no perecederos, gran parte de las capturas se echarían a perder. La transformación de estas capturas en harina y aceite de pescado preserva los nutrientes vitales y los mantiene dentro de la cadena alimentaria.
En el cultivo de salmón, la harina y el aceite de pescado desempeñan un papel fundamental en las formulaciones de los alimentos balanceados. Estos ingredientes, altamente palatables, mejoran los índices de crecimiento y la resistencia a las enfermedades, lo que ayuda a los acuicultores a producir más pescado con menos recursos. La proporción de animales acuáticos utilizados para el consumo humano directo ha pasado del 67% en la década de 1960 al 89% en 2020 (FAO, 2022), y la industria sigue aumentando el uso de subproductos y pesquerías certificadas. A modo de comparación, el 41% de la producción mundial de cereales se utilizó como alimento balanceado para animales en 2022, y solo el 39% se consumió directamente como alimento (OCDE). Esto destaca la importancia de utilizar los recursos marinos de forma eficaz y responsable, especialmente cuando aportan nutrientes esenciales que de otro modo serían difíciles de obtener.
* Este podcast estará disponible a partir de mediados de mayo de 2025.
Petter M Johannessen