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Afirmaciones de sostenibilidad

Este artículo fue publicado en International Aquafeed Magazine - Agosto 2020

“No hay alternativa a la sostenibilidad” fue una de las declaraciones fuertes emitidas por la FAO a principios de junio al presentar el Estado mundial de la pesca y la acuicultura 2020. ¿Cómo se puede evaluar la sostenibilidad y garantizar los alimentos para una población creciente e impactos minimizados en la biodiversidad y los ecosistemas?

Primero, sugiero que comencemos por aclarar lo que está en juego. A este respecto, acojo con satisfacción la presentación de la FAO del estado de los cardúmenes de peces: por volumen, el 78,7% de los peces marinos proviene de cardúmenes de peces biológicamente sostenibles. Esto significa que el 21,3% (en volumen) y el 34,2% (en número) de las pesquerías necesitan mejoras.

En segundo lugar, debemos tener en cuenta que cada sistema de producción de alimentos genera impactos y tiene sus propias particularidades. Sin embargo, una visión compartida es necesaria para permitir una comparación imparcial entre todos los sistemas.

En el caso de los ingredientes marinos, un sector que actualmente está dominado por la harina y el aceite de pescado, existen programas de certificación, desde MarinTrust y Global GAP, así como FEMAS (cuya unidad de certificación es la planta de harina y aceite de pescado) hasta MSC (evaluación de pesquerías). A través de los estándares de la Cadena de Custodia y los desarrollos futuros, los subproductos pueden rastrearse cada vez más hasta su origen, lo que permite que se desperdicie menos pescado y se defiendan las buenas prácticas frente a INDNR. La ambición de MarinTrust es lograr la trazabilidad completa del producto hasta sus orígenes, por tal motivo han utilizado las tecnologías blockchain en la nueva versión de su Cadena de Custodia publicada a fines de julio de 2020. Hoy, más del 50% de los ingredientes marinos en todo el mundo están certificados.

¿Qué pasa con los ingredientes terrestres? ¿Por qué la proporción de volúmenes certificados es tan baja en comparación con los ingredientes marinos? El 2% de la producción de soya y el 19% de la producción de aceite de palma están actualmente certificados. El escrutinio intenso sobre los ingredientes que se originan en los océanos, así como las fuertes dependencias de la cadena de suministro, explican el interés que los mercados (consumidores) han demostrado a favor de los programas de certificación desde la década de 2010. Los acuicultores, particularmente aquellos que abastecen a los mercados occidentales, deben cumplir con las altas expectativas del mercado, mientras que los productores de pollo, cerdo y carne de res no tienen el mismo conjunto de expectativas, ya que no tienen que competir con alternativas silvestres. La exposición del sector de ingredientes marinos, y también del sector de la acuicultura, se está aprovechando gradualmente.

También acogemos con beneplácito la colaboración intersectorial en un objetivo ambicioso, pero realista: el nuevo Estándar de fábrica de Alimentos Balanceados de Buenas Prácticas de Acuicultura (BAP) requiere que un mínimo de 75 por ciento de los ingredientes marinos provenga de fuentes certificadas, o FIP, a partir del 2025. Este objetivo respalda los esfuerzos de MarinTrust para obtener el 75 por ciento de los ingredientes marinos mundiales, ya sea certificados, en evaluación o en su Programa de mejora para el 2025. Target 75 también es el nombre de una iniciativa liderada por SFP, la Sustainable Fisheries Partnership. La ONG de conservación marina se enfoca en asegurar que el 75% de la producción mundial en sectores clave sea, como mínimo, sostenible (es decir, certificado por el programa MSC o en la lista ecológica de la herramienta de métricas de SFP) o esté realizando mejoras constantes y verificables.

Esto no significa que los ingredientes vegetales deban permanecer fuera del alcance de la certificación. Es crucial que las afirmaciones de sostenibilidad de los productores de ingredientes vegetales estén respaldadas por evidencia: los ingredientes de los alimentos balanceados vegetales deben complementar a la harina y el aceite de pescado, que son recursos finitos con un suministro constante de alrededor de 6 millones de toneladas al año, en alimentos balanceados. Los esfuerzos comienzan a ser visibles: el nuevo estándar de fábrica de alimentos balanceados de Buenas Prácticas de Acuicultura (BAP) establece nuevas ambiciones en este campo también. Las fábricas de alimentos balanceados adoptarán el abastecimiento preferencial de harina de soya y derivados de soya producidos de manera responsable de manera que un mínimo del 50% (cálculo basado en el balance de masa) se obtenga de fuentes certificadas para junio de 2022. Para todos los insumos de soya, ya sean certificados o no, las fábricas de alimentos balanceados deberán establecer objetivos claros para: trazabilidad hasta el país de origen; verificación de cadenas de custodia; exclusión de material derivado de la deforestación ilegal, y; exclusión de material derivado de áreas ecológicamente sensibles. Después de junio de 2022, si se usa aceite de palma en los alimentos balanceados, deberá contar con la certificación RSPO (Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible).

Los estándares de certificación brindan garantías a los consumidores sobre el cumplimiento del abastecimiento y la producción de acuerdo con los estándares reconocidos internacionalmente y brinda confianza y credibilidad en toda la cadena de valor. IFFO, la Organización de Ingredientes Marinos, quiere continuar apoyando e impulsando el desarrollo de una producción responsable y sostenible de ingredientes marinos a nivel mundial.

Petter M Johannessen