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Un estudio cuestiona la sostenibilidad de los ingredientes vegetales como sustitutos de la harina de pescado

 

El estudio, El dilema de sostenibilidad de la sustitución de la harina de pescado por ingredientes vegetales en alimentos balanceados para camarones, fue publicado en Sustainability.

Sustituir la harina de pescado en alimentos balanceados acuícolas con ingredientes vegetales puede no ser tan beneficioso para el medio ambiente como muchos predicen, según una nueva investigación de la Universidad de Stirling.

Los fabricantes de alimentos balanceados comerciales para peces están sustituyendo cada vez más la harina de pescado, un polvo hecho de pescado, con ingredientes basados en cultivos en un movimiento impulsado por incentivos económicos y el deseo de mejorar la sostenibilidad de los alimentos balanceados acuícolas.

Si bien este enfoque es ampliamente reconocido como más respetuoso con el medio ambiente, el nuevo estudio del Instituto de Acuicultura de Stirling desafía esta teoría popular.

Un equipo internacional multidisciplinario, liderado por el Doctor investigador Wesley Malcorps, investigó los intercambios entre los recursos marinos y terrestres como resultado de la adopción de esta práctica común en los alimentos balanceados para camarones. Los investigadores se centraron en la industria del camarón, ya que es uno de los consumidores dominantes de harina de pescado en el sector de la acuicultura.

La investigación encontró que la sustitución de la harina de pescado con ingredientes vegetales simplemente movía las presiones de los recursos marinos finitos a los sistemas de producción de alimentos basados en la tierra, con repercusiones ambientales. Los expertos involucrados en el trabajo ahora están pidiendo un "cambio de paradigma" al pensar en la sostenibilidad relativa de los ingredientes de alimentos balanceados acuícolas.

El Sr. Malcorps dijo: “La sustitución de la harina de pescado por ingredientes vegetales es ambientalmente sostenible, ya que reduce la dependencia de los recursos marinos finitos. Sin embargo, esto desplazaría la demanda de recursos de los océanos a la tierra, lo que podría agregar presión a los sistemas de producción de alimentos basados en la tierra, que ya están bajo presión para satisfacer la demanda mundial de alimentos, alimentos balanceados, biocombustibles y materiales de base biológica. A su vez, esto afectaría el medio ambiente y la biodiversidad, así como la disponibilidad y los precios de los cultivos.

“Además, los requisitos nutricionales de ciertas especies acuáticas pueden limitar la cantidad de sustitución de harina de pescado debido a los nutrientes esenciales, que son variables o desequilibrados en los ingredientes vegetales terrestres. Además, una mayor inclusión de los ingredientes vegetales en los alimentos acuícolas también podría afectar el valor nutricional de los mariscos de cultivo".

La harina de pescado se fabrica principalmente a partir de peces pelágicos pequeños, así como también de desechos de procesamiento de pescado. Actualmente, el elemento de desecho constituye, en promedio, entre el 25 y el 35 por ciento del producto; sin embargo, esta participación está en aumento.

A lo largo de los años, en respuesta al aumento de los precios de la harina de pescado, el producto se ha sustituido cada vez más por ingredientes vegetales. En 2000, 19-40 por ciento de harina de pescado se incluyó en el alimento balanceado para camarones, sin embargo, se redujo a 11-23 por ciento en 2014.

El estudio modeló la sustitución incremental de la harina de pescado, de 20 a 30 por ciento a cero, por ingredientes vegetales, como el concentrado de harina de soya, el concentrado de harina de canola, el concentrado de proteína de arveja y la harina de gluten de maíz, que generalmente se incluyen en los alimentos balanceados modernos para las dos especies principales de camarones producido a nivel mundial, camarón blanco (Litopenaeus vannamei) y camarón tigre negro (Penaeus monodon).

Luego, el equipo evaluó el impacto que esto podría tener en los recursos marinos y terrestres, como peces, tierra, agua dulce, nitrógeno y fósforo.

La investigación encontró que la sustitución completa del 20-30 por ciento de los totales de harina de pescado, dependiendo de la especie, podría llevar a una demanda creciente de agua dulce, de hasta el 63 por ciento; tierra, de hasta el 81 por ciento; y fósforo, de hasta el 83 por ciento.

"Estos son incrementos significativos, ya que solo una pequeña proporción del alimento balanceado es en realidad sustituido", explicó Malcorps. “Nuestros hallazgos sugieren que este enfoque llevaría a presiones adicionales sobre los recursos agrícolas esenciales, con efectos socioeconómicos y ambientales asociados como un intercambio a las presiones sobre los recursos marinos finitos. Podría llevar a la competencia por la tierra y otros recursos terrestres, causando conflictos sociales y ambientales que, a su vez, pueden afectar la resistencia del sistema alimentario global".

Los alimentos balanceados acuícolas generalmente utilizan solo un pequeño porcentaje de la producción mundial de cultivos, sin embargo, dado que la acuicultura es uno de los sectores de alimentos de más rápido crecimiento, los expertos advierten que presiones adicionales sobre recursos terrestres cruciales "pueden ser más evidentes" en las próximas décadas.

El Sr. Malcorps agregó: “Nuestro modelo destaca la necesidad de un cambio de paradigma en la definición de alimento balanceado sostenible para camarones. Además, el modelo puede ser igualmente aplicable a otras especies de cultivo intensivo con escenarios similares de requisitos de ingredientes de alimentos balanceados marinos y terrestres.

"Una dependencia excesiva en el uso de ingredientes vegetales para la acuicultura podría llevar a efectos nocivos sobre el medio ambiente e impactar indirectamente a la salud humana al alterar el valor nutricional de los productos de la acuicultura".

El Sr. Malcorps sugiere encontrar un "equilibrio óptimo" entre los recursos marinos y terrestres en los alimentos balanceados acuícolas; incluir estratégicamente harina de pescado de alta calidad; mejorar el uso de los subproductos del pescado y los desechos de alimentos en los alimentos balanceados; e investigar el potencial de nuevos ingredientes, como la biomasa microbiana, las algas y las harinas de insectos, para ser incluidos.

El equipo multidisciplinario incluyó expertos de la industria y académicos de todo el mundo, incluidos el Reino Unido, los Países Bajos, Bélgica, Suiza, México, Estados Unidos y Australia.